sábado, 5 de noviembre de 2011

Crónicas de una banda de rock. 1. Un momento tan malo como otro cualquiera.

Pues eso. Se trata de un momento tan malo como otro cualquiera. Cuando ya nos acercamos a nuestro cuarto aniversario como la formación actual de Del Gremio, nos damos cuenta de que tenemos un blog abierto; nuevecito; sin estrenar. Limpio de polvo y paja. Esperando a que alguien soltase la cerveza para escribir unas palabras. 

(EDICIÓN DE ÚLTIMA HORA: Mientras peleo con Internet para colgar todo esto, me doy cuenta de que alguien ha colgado una crónica del último bolo, adelantándose a mi intención de inaugurar esta historia. Es lo que tiene despertarse a horas prudentes...)

Un buen motivo para inaugurar un blog, para cualquier banda de bien, sería la publicación de su primer álbum con una multinacional, la participación en un macro festival, o su primera denuncia por escándalo público. En nuestro caso, el motivo que me lleva hoy a hacer los honores de este, no corre por esos derroteros, pero me parece, tan meritorio, kafkiano o inexcusable como los otros mencionados.

Y es que ayer limpiamos el local de ensayo.

Puede parecer una tontería. Pero no duden, señoritas y caballeros seguidores de Del Gremio, que para nosotros se ha convertido en algo digno de mención. Y solo han hecho falta un par de años para tomar la decisión, 52 botellas de lejía, 19 garrafas de salfumán, 16 fregonas, 25 escobas de púas, 2 equipos de desratización a jornada completa durante seis días, 24 paquetes de estropajo de aluminio “bosque verde”, un comando de marines del ejército de los U.S.A. (desaparecidos después de un violentísimo ataque cucarachil), 4 máscaras antigás, un palé de ambientadores de pino, una cinta de casette de Bordón 4 y cerveza. Mucha cerveza.

El caso es que ayer nuestro local volvió a parecer un lugar apto para la ocupación humana. Al menos una parte de él. De hecho descubrimos un par de metros cuadrados en los que no habíamos reparado hasta la fecha. Y este descubrimiento nos llevó a la feliz idea cambiar la disposición espacial de los instrumentos, amplificadores y componentes del grupo.

Ni el más experimentado jugador de Tetris puede imaginar los quebraderos de cabeza que estos cambios conllevan. Hay que estar en un grupo para saberlo. Parafraseando a Lope de Vega “quién lo probó lo sabe”. A continuación se propone una reconstrucción de este tipo de conversación:

-David: Los bafles al fondo. Para que el sonido salga en la misma dirección, los dos bafles deberían ir al fondo. De la otra manera vamos a terminar todos sordos.
-Dicky: ¿Los cables del bombo? ¿Nuestra batería tiene cables? ¿Qué dice de bolos gordos?
-David: (gritando y señalando con el dedo) LOS BAFLES AL FON-DOOOO. ¡BAAA- FLEEES!
-Javi: Definitivamente, deberíamos empezar a plantearnos bajar de volumen en los ensayos...
-Curro: Deberíamos ponerlos enfrentados en diagonal oblicuo. ¡Así lograríamos un sonido envolvente! ¡Lo vi en un documental de Pink Floyd!
-David: Envolvente... envolventes van a ser los acoples cuando encendamos un micro. Ya os lo he dicho. Hay que tener en cuenta la variación oscilostrópica y filarmónica del rango dinámico y el espectro dinamométrico.
-Curro: Aaaah... Claro... Eso es que no, ¿no? Estooo... ¿Y puedo poner un cenicero?
-Javi: Además la batería no cabe. ¡Y yo esta vez quiero sitio! No estoy dispuesto a volver a entrar a la batería descolgándome por el techo en plan misión imposible.
-David: ¿Y entonces donde pongo el subwoofer de 45 pulgadas que he pedido esta mañana a Thomann? ¿Me lo como? ¿Lo cuelgo de la lámpara? (nota para los profanos: Thomann: Almacén alemán de instrumentos musicales)
-Dicky: ¡Eso te pasa por comprar la paellera de Villarriba y Villabajo en vez de un altavoz normalito! Además el techo me lo he pedido yo para el amplificador de armónicas.
-Javi: ¡Que la batería no cabe! ¡No cabeee! Claro, que si Curro quitara la pedalera...
-Curro: ¡La pedalera no se toca! ¡Además, ya la he clavado al suelo con tornillos! ¡Vade retro! Todavía tengo que encontrar sitio para la percha de la guitarra.
-Dicky: ¿Flechas en la Alpujarra? ¿Se puede saber de qué estáis hablando? ¿Hay sitio para el afinador de panderetas?


Afortunadamente, parece que al fin hemos logrado llegar a un acuerdo, y con la mediación y bajo la atenta mirada de los cascos azules de la O.N.U. el techo del local permanece como zona libre de agresiones. Próximamente presentaremos alguna instantánea que lo atestigüe.


Salud Gremios, nos vemos pronto.


1 comentario:

  1. Ya será para menos; que si hubieráis mezclado lejía con salfumán no estarías vivo para contarlo. Me he divertido mucho leyéndolo haber cuando me quito la tesis de encima y me puedo dedicar a ser fan a media jornada por lo menos. Un beso

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